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Vamos a estos primeros años, que es un primeros años, que es que ya en poquísimo ya estás, en 250, porque sí, eres campeón. Es algo superrápido. ¿Por qué te conviertes en campeón? ¿Haces algún ajuste? Ya lo tenías claro cuando empezaste: Yo voy a ser campeón. ¿Hay algo que te mejore para pasar al primer título de los 50? ¿Cuál fue la de ese primer título?

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Yo era un piloto muy impetuoso. Me dejaba llegar mucho por la emoción del momento. Y cogió una cierta fama de torbellino. Incluso Valentín Requena, que era el comentarista de las motos de esa época en Televisión Española, me llamaba el huracán Lorenzo. Mira, ya viene el huracán Lorenzo remontando de atrás y la va a liar.A lo loco.La va a liar. Porque no pensaba las cosas. Incluso esa aura como que me gustaba.

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Te molaba, de peligroso.

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De peligroso, que le iba a liar, de rebelde. Y en ese año de 250, mi debut de 250 con una onda, empecé un poco, poco a poco, a plantarle cara a Pedrosa, que era el niño bueno de España, el asentado, y campeón del 2004. Yo llegué en 2005, 2000 y medio, siempre llegaba un poco más tarde. Que sois muy diferentes, habéis sido muy diferentes siempre. Yo era el rebelde y era el niño bueno del Colacao, me llamaban. El típico anuncio del Colacao. Tenía esa fama y en realidad el tío era a borde. El tío tenía mucho carácter y si lo conocías, era a bordes. Si ves algunas entrevistas de la morena y esto, el tío respondía muy borde a veces. O sea que no era... Pero tenía esa cara de niño bueno y lo del colacao también lo ayudó. Yo era el cabrón. Y mis fans, los que eran así como yo, como rebeldes y echados para adelante, eran de Lorenzo. Y los más sencillos y elegantes eran de Pedrosa.

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Sí, los niños buenos.

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Entonces, en 2005, una rivalidad tremenda entre los dos. Y se hablaba más de 250 que de la lucha Setegi Bernado-Valentino Rossi en MotoGP. Los periódicos vendían más la historia de Lorenzo Pedrosa que en MotoGP. Pero a lo que me preguntaste de cuándo decidí que no iba bien por el camino de cometer errores. Ese año me caí muchas veces, incluso toqué a Pedro en una carrera, le rompí el escape. Yo me caí, él no ganó la carrera, pero volví a caer y perder puntos. Ese año terminé quinto, Pedro se ha vuelvido a ganar. Dijo: Vale, salgo en los periódicos, salgo en la televisión y siempre se habla de mí, pero aquí no consigoo ser campeón del mundo. Entonces, más me vale que en esas carreras donde no puedo ganar la carrera, haga segundo, tercero, cuarto, coja los puntos y pueda luchar por el Mundial. Entonces, al año siguiente, me fichó a Aprilia, invirtió conmigo a Aprilia en 250, y al final gané el campeonato por ser más regular. Pero no fue fácil porque también tuve momentos de muchas crisis. Tuve un momento muy difícil con mi primer manager, que estuvo conmigo desde los 10 a los 20, que me enteré de una cosa muy fuerte y por respeto a él, no la voy a contar aquí, pero bueno, se pueden informar de lo que sucedió a través de Google.

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Y tuve que salir de esa situación tan fea ahí y al final, gane el campeonato.

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Claro, ¿estos líos fuera de la pista afectan al corredor, al piloto?

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Afectan, en teoría tienen que afectar. Pero yo me he enfrentado a tantas cosas difíciles en mi vida y mi padre me ha dado tanta caña que no me ha quedado más remedio que ser muy, muy duro. Hacerme mi caparazón. Y sobre todo cuando yo me cerraba la visera del casco, no pensaba en otras cosas que en ir muy rápido. Pero sí, en ese 2006, en mi primer campeonato del mundo de 250, en las primeras cinco o seis carreras, me caí muchas veces, entré en crisis, entré en un callejón prácticamente sin salida. Y salí de él ganando el campeonato un poco a lo Rocky. Pero, hostia, es que se podría hacer una película solo de ese año 2006 y que la película tuviese éxito porque pasaron tantas cosas.

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Sí, ese año, no solo por el tema del manager, sino en general, fue un año muy duro para ti.

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Sí, muy duro. Muy duro. Llegué a estar a 29 puntos de Dovizioso, me caí dos o tres carreras seguidas, se me escapaba el Mundial, Aprilia había invertido mucho dinero, porque ahí tenía contratos ya de un millón de euros. En esa época. Sí. Y invirtió mucho dinero y no íbamos a ganar el título. Entonces, me cogió mi entrenador, me acuerdo que me llevó a las Ramblas y me dijo: Chico, somos el Submarino Amarillo y estamos en el fondo del mar. Ahora nos queda otra que salir para arriba. Entonces, me cogió con mi manager, que que todavía nos llevábamos bien ahí, no habíamos cortado. Y entonces empezamos a ver películas de Rocky, Rocky 1, Rocky 2, Rocky 3. Cada noche veíamos una película. Películas de motivación también del Coach Carter. Coach Carter.

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Sí. Sí. Vincent Washington, ¿no?

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Y llegué a la carrera de Muyelo, a menos 29 de todo vicioso. Y tenía que ganar sí o sí. Entonces, un año antes me independicé, me fui de mi padre, no me hablaba con mi padre. Ahí no te hablabas con tu padre. No me hablaba con mi padre. Mi padre tenía una guerra con mi manager y entonces creó como una especie de foro en internet, criticando, diciendo cosas muy feas de mi manager, de mi entrenador de ese momento.Tu padre.Mi padre. Y la prensa sacó los colmillos y se aprovechó la situación poniendo entrevistas de mi padre y de declaraciones. Entonces, en esa carrera de muyelo, en Italia, cuando estaba tan lejos de Dovizioso, dijo: El sábado. Así mi hijo gana el domingo, Es como darle una dosis a un junkie. Yo tenía 18 años, nunca había ganado el Mundial y tenía que ganar esa carrera sí o sí. Imagínate la presión que salí ese domingo a las doce de la mañana. Y al final, carrera en grupo de siete pilotos, empieza a llover, se complica. Última vuelta, todavía ese grupo de siete pilotos. Mis cojones gano. Pam, pam, pam. Tercero, segundo, primero, en la última cura paseada de Ángeles, que iba primero, y Y a partir de ahí, crecer, crecer, crecer y gané el campeón de la pelada.

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¿ese es uno de los grandes puntos de inflexión de tu carrera? ¿Esa carrera? Sí. Ese es uno de los momentos, fíjate que tenías todo en contra. Tenías incluso a tu padre, que había sido tu apoyo toda tu vida?

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Es una historia que conté también en uno de los libros que se publicó sobre mí. Normalmente, en el paddock de MotoGP hay como una clínica, clínica móvil que se llama, de del famoso Tor Costa, que era como un poeta que solucionaba... Cuando un piloto se caía, pues hacían rayos X a Y, luego lo enviaban al hospital, se curaban ahí los pilotos. Que era una eminencia. Sí, una eminencia, pero un poco loquillo y un poco poético. Un poco personaje. Personaje. Estaba yo haciendo un masaje y vino Álex Devón. Álex Devón era un piloto de esa época, más mayor que yo, y era el probador de Aprilia. Y en esa carrera era el piloto invitado y corría con mis colores de fortuna en mi equipo. Y él me vio allí muy nervioso en la camilla, haciéndome el masaje y me dijo: Jorge, ¿qué te pasa? Estás muy nervioso, ¿no?. ¿Cómo no voy a estar nervioso? Tengo que ganar sí o sí, esta carrera. Y me dijo: Pero tú, tranquilo, yo estoy ahí para ayudarte, para salvarte la espalda. Y acúrate de esta frase. Piensa en como la película de los señores de los Anillos, el retorno del rey.

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Y eso me hizo emocionarme, se me puso la piel de gallina y salí con una confianza y una seguridad. Y él, efectivamente, estaba ahí en ese grupo de siete. Me paró las espaldas lo que pudo, porque él era un poco más lento que yo y me ayudó a ganar esa carrera. Y en la última carrera, en Valencia, que me jugaba el campeonato con Dovizioso, frenó a Dovizioso. Yo estaba cuarto, el quinto, y Dovizioso, sexto, para que Dovizioso no podía ganar la carrera y quitarme el campeonato. Hizo de tapón, se sacrificó por mí. De hecho, el comentarista decía: ¡De buen tapón!, se sacrificó por mí y me ayudó a ganar el primer Mundial. Qué bueno. Entonces, se me pone los pies de punta porque esa carrera fue... Si en ese Mundial no hubiese fichado por Yamaha en Moto GP, y todo hubiese cambiado. En esa carrera que gané y empezó mi remontada para ganar el Mundial. Al final, la vida depende de días.