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¿cómo uno se mentaliza mentalmente para una carrera de motociclismo a esas velocidades?

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Con mucha preparación. Yo me acuerdo en Lugano, en 2013, después de unos años, a la llegada de Márquez, que vino muy fuerte, yo sabía que tenía que dar una vuelta de tuercas y quería ganar, porque este tío nos iba a ganar. Entonces, después de la carrera de Le mans, cogí el teléfono y dije: Papá, me tienes que ayudar. Y después de tres o unos cuatro años también, sin hablarme de él. Entonces, lo contraté y me lo llevé a Lugano. Y en mi casa de Lugano, vivía mi padre en una habitación y mi entrenador. Mi entrenador pasaba millones de horas, con mi padre igual, los tres superunidos, super focalizados en el objetivo de ganar el Mundial 2013. Por la noche, por ejemplo, después de cenar, una hora de estiramientos antes de dormir. Me levantaba, desayunaba, iba al gimnasio tres o cuatro horas, comía, nos íbamos de Lugano a Yerno de Ilesmo, cerca de Monza, que tenía la sede Yamaha y nos dejaban un espacio para entrenar superminúsculo con una R6, haciendo ochos y haciendo ejercicio. Nos íbamos allí una hora y media de coche, tres horas más de entrenamiento y volver a casa a las 11:30 de la noche, cenar y a dormir.

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Repit, repit, repit, repit. Toda la semana. Un día libre, el domingo. Esa era mi vida. Pero empecé otra vez a ganar y recuperé los puntos con Márquez. Y al final de ese año, perdí el Mundial con Márquez por tres puntos solo, por la clavícula de Holanda y por esa mala suerte con las lesiones. Pero esa era mi vida, ese era el nivel de exigencia que yo tenía durante esos años.

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Ahí, a esa Y a esa velocidad que vais durante la carrera, te da tiempo de pensar o estáis modo automático?

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Yo era un puto robot, pilotando.

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Ya no hay ni pensamiento.

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Me llamaban el metrónomo, el martillo. Me inventé eso también, era muy creativo y me inventaba, así como Maverick ahora se pone la careta de Batman, yo me inventaba mis cosas del martillo Martequilla.

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Apodos.

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El martillo me lo enseñó mi padre, porque cuando era pequeño y él hacía de mecánico, quería ser tan constante como su martillo. Y mi madre me hacía las tostadas por la mañana y quería ser tan fino como las tostadas de mi madre.

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Y te hacías las películas. Y la gente: Qué buena historia.

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Martillo y Mantequilla. Martillo, por lo constante que era, y Mantequilla porque era muy limpio, era muy fino como la Mantequilla. Pero ahí dentro era un robot. Voy a hacer 12 vueltas a la misma décima. Un circuito de 1.40 a 2 minutos, 12 vueltas en la misma décima. Así que significa que clavar los tiempos en una décima, en un circuito de 5 km/h Tienes que tener una concentración fuera de lo normal. Y eso lo entrenaba yo con mi padre. Me ponía allí una hora encima de la moto sin fallar ni un milímetro, siempre poniendo la rodilla por los conos a un milímetro de El cono sin tocarlo. Lo practicaba, lo practicaba, lo practicaba hasta que... Lo difícil era el entrenamiento, la carrera estaba chupada.

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Claro, ya ibas en modo automático, ¿no? ¿Por qué?

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Porque estaba acostumbrado en entrenamientos de hacer un circuito de 20 centímetros y luego iba a un circuito de 14 metros. Para mí estaba chupado ser preciso y constante en un circuito tan ancho.

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Pero ahí, por ejemplo, cuando te pasan, cuando tú tienes que pasar, ¿ahí estás analizando mentalmente o no te da tiempo a eso?

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Tienes que ser un analítico y un Un científico fuera de circuito, cuando estás en casa, y analizarlo todo, intentar mejorarlo todo. Pero cuando estás encima de la moto, tienes que ser un artista y no pensar. Instinto, ¿no? Instinto. Lo máximo que puedes pensar es cuando pasas por línea de meta y te enseñan en la pizarra la distancia que vas con el de atrás y pensar ahí: Hostia, pues tengo que apretar un poco más. O faltan siete vueltas y ya está. O el resto es artista, es instintivo, total. Parece un poco Contra más piensa, más lento vas.

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Eso me lo han contado también los que pelean, que hay un momento en el que es instinto, casi, que lo tienes todo tan automatizado, lo has repetido tanto, que no estás pensando: Vale, tira muchas patadas. Es imposible. No, no, no.

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Es que en esos tres segundos que estás pensando ya te han metido diez hostias.

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Claro.

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¿cómo vas a pensar?

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Y ahí pasaba lo mismo, que era un poco... A nivel de mentalidad, no solo hablando de motos, porque tú eres una persona que se nota que le gusta mucho pensar, que le das muchas vueltas.

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Kaizen, la filosofía japonesa Kaizen. Yo creo mucho en esto.

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¿cuál es la mentalidad de un campeón del mundo? ¿Cuál es la mentalidad de un ganador? Aplicándolo a lo que sea. En tu caso, han sido las motos.

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Vi exactamente una entrevista con José Lías, tuya. Él dijo: Está bien, tú le preguntaste: ¿Está bien querer ser rico y olvidarte un poco del motivo por el cual ser rico?. Y él te dijo: Primero de todo, si no quieres ser rico, nunca lo vas a hacer. Esto es lo mismo, si tú no quieres ser campeón del mundo y no es tu objetivo, el juego, nunca lo vas a ser. O sea, el primer paso es querer ser campeón del mundo. Porque hay gente que no han nacido para eso y odian la competición, lo detestan, no han nacido para eso ni lo buscan, es que no quieren competir. Y son poco ambiciosos y les va bien su trabajo de oficina, ocho horas, punto. Y que nadie le diga que tienen que mejorar y tal. Hacen lo mínimo, indispensable, su salario, y son más de familia y no son ambiciosos. Pero los grandes campeones son descomunales, hiper competitivos. Si no, no vales para el deporte y no vales para la competición.

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¿cuáles dirías que son los rasgos de un campeón? ¿Qué tiene que tener?

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Hiper competitividad, capacidad de sacrificio, dureza al dolor, curiosidad y perfeccionismo.

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Para ti son estas las claves de un campeón.

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Inteligencia, claro.

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En cualquier tipo de modalidad. ¿Tú crees más en el talento o en el esfuerzo?

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Si combinas las dos, es la hostia ya.

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Claro, pero ahora se lo puedes elegir una. ¿Qué dirías?

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Mira, te voy a contar una historia. Yo todavía no había conseguido nada. Era el año 2004 en derbi. Todavía no había sido ni campeón del mundo ni nada. Y ficharon a un piloto que cuando yo era un poco más joven, fui campeón de España. Yo hice cuarto. Ángel Rodríguez, de Elche. Una persona con un talento, un multitalento. Tenía talento para todo. Para las chicas. Y eso a mí, cuando lo veía liar, digo: Coño, cabrón, se las lleva todas. No sé cómo lo hace. No sé cómo lo hace, pero se las lleva todas.

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Era un tío fenomenal, vamos, un puto crack.

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Con mucho morro. Te cogía un balón y te hacía toques a lo Maradona. Se ponía en un capó del coche y te daba la vuelta porque hacía gimnasia. Y yo a mí eso me minaba la moral, incluso para la moto. Incluso después de haber ganado una carrera en 2003, el tío en la pretemporada, no íbamos a Monte Carlo, a la presentación del equipo, y el tío haciendo estas cosas me minaba un poco la moral. Pero el tío... ¿Qué pasaba? Que el tío era cero disciplina. Era un viva la vida, supertalentoso, le encantaba disfrutar, tipo Ronaldinho, disfrutar de la vida, pero se iba de fiesta cada día, no descansaba, bebía, no dormía. Y yo era todo lo opuesto, porque también me guiaba mi padre en ese momento. Pechuga de pollo, pechuga de Cuyo, arroz, poco, al mínimo agua, dormir a las diez de la noche y entrenar, entrenar, entrenar, entrenar. Y quizá él tenía más talento que yo. O sea, él con mi disciplina hubiera sido mucho mejor que yo, seguramente. Pero le faltaba la disciplina. Entonces, yo digo: Si tienes que elegir entre las dos, la disciplina, 100%. Ahora, si tienes las dos, como es el caso de Boots, Maradona, Messi.

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Maradona y Messi era talento. Pero también veías a Maradona y sí, se pegaba a las juergas y todo. Pero se ha escuchado que Maradona en los aeropuertos siempre estaba practicando con una pelota de tenis o una naranja. Siempre estaba con el balón practicando. Entonces, trabajaba también. Llegó a un punto que... O Ronaldinho también, Ronaldinho, seguramente en su infancia se metió horas y horas.

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Ronaldinho no lo veo yo mucho de esfuerzo y sacrificio.

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Pero si en esfuerzo no hubiese llegado a ser el de Balón de Oro. Seguro. El tío trabajaba. Hasta llegar ahí a su top, el tío trabajó. Neymar trabajó, seguro. Luego ya la fama, el dinero, los acomodaron y prefirieron tirar por esa vía. En el caso de Neymar, ahora, hizo el último sableo de...

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Ya cuando se va del PSG.

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Igualmente voy a ser el mejor, con diferencia, y encima llevando una vidorra brutal.

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Lo que podría haber sido Neymar si no se hubiera ido a Francia.

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Te lo juro. Porque al menos Ronaldinho fue balón de oro, pero es que Neymar...

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Y tenía talento para haber sido... Eso lo dijo Maldini cuando vino aquí. Para haber marcado una época.

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Lo ves ahí en el Santos con 17 años y era increíble. Son unos partidazos que pensabas. Este ha sido el futuro, presente y futuro. Ese Barcelona PSG, ese gol de falta que hizo ese partido.

[00:09:21]

Esos años de Suarez, Neymar y Messi, eso era increíble.

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Ronaldinho, le pones la disciplina de Cristiano Ronaldo.

[00:09:29]

Claro.

[00:09:30]

Y hubiese sido mucho mejor que Cristiano Ronaldo.

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Para mí, Ronaldinho, en su pique, en su momento máximo, es lo que yo mejor he visto en mi vida. Mejor que Messi, incluso. Digo, en ese momento, Messi es el mejor de la historia y es el que tiene la carrera más elevada de todo.

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Yo creo que Messi siempre ha sido más efectivo que Ronaldinho.

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En cuanto a goles... Para mí, Messi, porque es que cada día era el mejor del mundo. Pero ese pique que tuvo Ronaldinho de dos años o tres...

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La magia de Ronaldinho la tenía Messi ni por la som.

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Pasas con la espalda, lo hacía todo, golazos, repartíaFue un juego...

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Era puro espectáculo. Yo no, nadie me ha hecho disfrutar más que Ronaldinho. Nadie, ni seguramente lo hará.

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Que era increíble. O sea, él cambió el Barça, un Barça que estaba depresivo.

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Y la actitud que tenía... Incluso cuando le hacías falta y Se la hemos quedado, el tío reía.Eso.

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Se le ha pasado muy bien.Era único.Eso sí que se le ha pasado muy bien.Era natural, eso era natural. Y las chicas que se llevaba también, seguramente. Por guapo no fue. No, no lo creo. Se fue un poco a echar Jarbinks. Tenía un poco el look. No, no, un fenómeno Ronaldinho, digo, histórico. Se basa de Ronaldinho, de eco. A los que les gustaba mucho.

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Con las chicas vale más el morro que la guapura, muchas veces.

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Bueno, sí.

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Pero claro, si juntas, como decíamos, el talento y el trabajo, la guapura y el...

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Y si le sumas un poco lo que decías antes, fama, dinero, poder. Ya, bueno, tienes el pack.

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El ser líder, el tener personalidad, el ser masculino. La atracción del poder. Tienes a David Beckham, ¿no?

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Que casi perfecto, hijo de puta. Exacto. El tenía el pack completo. El cabrón de Beckham, o sea, le salió bien.

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¿pero qué eliges? ¿Tener morro y tener confianza en ti mismo o ser muy guapo? Quizá lo primero.

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Y la belleza termina más temprano que tarde. Eso es evidente, hay un momento en el que de eso ya no puedes vivir más.

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Y para los hombres es más importante ese carisma, esa personalidad, ese liderazgo, que la belleza. Lo aprecian menos.