Me gustaría un poco saber de tu vida también para que la gente te sitúe. Y me gustaría empezar porque tienes quizás unas características de joven que no son las más habituales, y luego también ya iremos un poquito a los primeros negocios, dónde te viene a ti. Porque tú empezaste a petarlo tarde, a nivel de empezar a tener éxito empresarial. Pero empecemos un poquito por dónde te has criado y cómo fue tu infancia.

Yo parto de una familia bastante humilde de un barrio periférico. Barcelona, históricamente, tiene un hándicap de una infraestructura que es la autopista. Entonces, la autopista, en muchas ciudades del frente marítimo, parte dos ciudades. Parte la ciudad del centro, entonces, está los de Badalona de toda la vida, los del centro, lo de tal. Y después, estábamos los que nuestros antemasados inmigraron y vivían en Chabolas, y que eso acabó siendo y tal. Y nos quedamos en una parte de lo que vienen siendo los barrios periféricos. En Badalona hay muchos barrios periféricos, el mío es Santo Cristo, está Santo Víctor,llefia, La Salud, donde está la gente más humilde de Badalona. Yo me crié allí en una época donde la heroína hizo estragos y donde en mi puerta había normalmente y que yo apartaba para salir. ¿Los apartaba cada día? No. Porque luego la gente me dice: No, es que tú has dicho. Mira, chico, yo digo lo que yo viví con mi edad. Pero sí que es cierto que yo tuve una infancia feliz donde no me faltó nunca comida, pero sí que llevaba los pantalones reventados. Esa es un poco el resumen de mi infancia. Luego, eso se une a que cuando yo estoy ya más adolescente, mis padres eran mayores, se conocieron tarde y me tuvieron bastante tarde, y mi madre murió cuando yo tenía 19 años y mi padre cuando yo tenía 23.

Y eso me marca mucho, porque hace que desde los 17 hasta los 26 yo pase un calvario bastante grande y hace que en alguna regresión de estas, alguna hipnosis regresiva que ya he hecho, hace que prácticamente me olvide de toda esa parte de la vida. Me cuesta mucho acordarme, sí, y me da mucha rabia.

De esos años de adolescencia, ¿te cuesta.?

Yo creo que el ambiente humana es bastante inteligente, entonces te guarda esa serie de recuerdos que te hacen tanto daño para, de una forma o de otra, aliviarte el dolor. Y esa parte de mi vida yo la tengo bastante... También me focalicé bastante en el trabajo. Me acuerdo que cuando enterré a mi madre y a mi padre, al día siguiente estaba trabajando, porque era la forma que yo tenía de evadirme. La primera la aguanté, la de mi madre la aguanté. Nunca la esperé, porque entre que se muriera mi padre y mi madre, yo pensaba que se iba a morir antes mi padre. Lo de mi madre me vio mucho a y lo de mi padre me hundió. Y eso coincidió con mi primera ruina. Y luego, remonté. A partir de los 26 años, la cosa se me alivió bastante. Y llegué a los 33 y llegó la crisis de Lehman Brothers desde el 2008, y eso me llevó por delante.

Volviendo un poquito para atrás, ¿qué estudias? ¿Qué idea tenías cuando eras chaval? ¿Tú para dónde te querías tirar?

Mi padre era electricista y yo le ayudaba.

¿eso era en fecha endesa?

No, era el típico de electricidad, de arreglar remiendos por las calles, por las casas. Y entonces mi padre siempre me decía: Tú tienes que estudiar, y no sé de tal, y al final hice ingeniería eléctrica. Y empecé haciendo de ingeniero, pero nada, estuve muy poco trabajando de ingeniero y volví al mundo de las instalaciones, que fue donde me desarrollé, donde aprendí. Cuando tú dices: A partir de cuándo lo petas, yo te diría que yo lo peto desde los 14, porque parte de mi éxito Y lo que pasa, por haberme dado dos hostias. Entonces, para mí, una de las cosas que he aprendido en este recorrido es que todo es parte del éxito. Yo no sería quién soy si yo no me hubiera dado un ostión con 33 y si no me hubiera dado un ostión con 23. Entonces, parte del éxito ha empezado con 14. Por eso, cuando muchas chavales me llaman o me mandan un mensaje y tal, me dicen: Oye, tú dame un consejo. Empieza. Acerque lo que te salga a los cojones. Súbete al del primero, primera y le vendes huevos, tío. Lo que sea. Porque eso va a ser parte de tu éxito.

Pero tuvo un 14 qué hacías?

Remiendos.

Con 14 años ya...

Claro, a mí, yo con 15 años me multó la policía por llevar fluorescentes en la moto. Porque le estaba haciendo un remiendo a una tienda que me había metido mi hermana.

Con la típica derbi.

No, yo, mira, te miento, no tenía 15, tenía 16 porque tenía una Honda NS1.

Coño.

Y con esa me metieron la multa. Y estabas con los... Con los fluorescentes, sí, me los até en una En una mochila y en la ronda de tal me multaron. Pero siempre me estaba buscando la vida, siempre estaba haciendo herramientas para uno, para otro, un trabajo, que si no sé qué.

Estudiabas y trabajabas a la vez.

Sí, claro, no me ha quedado otra. A partir de los 2020, que fue cuando ya mi madre murió, ya sí que tuve que ponerme a trabajar porque me quedé solo viviendo y mi padre vivía en Jerona. Y ahí sí que dejé de estudiar y luego me puse a trabajar y me saqué la carrera como bien pude el último año. Y la verdad es que en la facultad me ayudaron. Al final los profesores vieron el hándicap y bueno, hicieron de más y de menos. Y obviamente tuve que estudiar. Sí, no te regalaron la carrera. No me regalaron la carrera, pero creo...

A lo mejor si era un 4,8, ¿no?

Efectivamente. Tú la acuera. Mira, darle al chaval este que lleva un añito que no vea, ¿sabes?

Te dieron ahí el empujoncito.

Sí, y la verdad es que se portaron bien conmigo.

¿tú crees que esta infancia, adolescencia, un poquito dura, dentro de lo que cabe, te ha ayudado en los negocios y en toda tu trayectoria? ¿O realmente son dos mundos apartes y no tiene nada que ver?

No tengo ninguna duda.

¿qué te ha ayudado?

Yo creo que tú eres lo que has vivido. Y para muestra un botón, tú coges dos gemelos y lo pones a vivir uno en Canadá y otro en Helsinki, y aunque sean genéticamente iguales, no son los mismos. Entonces, yo creo que parte de ti es 40% genética 60% es lo que dives. Y claro, a mí me tocaron malas cartas al principio en el Monopoly, macho. Claro. Así que las cartas no las decides. Y hay veces que eso lo digo a mis hijos, digo: Cabrones, salís de la posición del banco, ¿sabéis? Sí, Sí, a mí me ha tocado la cárcel tres veces.

Sí, yo estoy igual un poco. Pero claro, yo creo que... Ahora se lo digo yo a mis padres, les digo: Ahora, que no sois los que estáis en el banco, invertido.

Ya no viven bien ni nada. No es lo mismo, claro. Depende de las cartas que te toquen. Lo que pasa es que sí que es cierto, que si te tocan buenas cartas, te relajas y no das lo mejor de ti. Y cuando vienes un poco de culo, es que tienes que agudizar más el ingenio. Yo creo que en ese aspecto, el ser humano y la cuestión de la supervivencia nos hace... Mi cabeza va mucho más ágil cuando... Cuando estás jodido.

Cuando estoy jodido, yo creo que todos. Es como la inmediatez. La adrenalina. La adrenalina de salvarte o tal.

Claro. Sí. Y mira, la última crisis que tuve, que fue hace no mucho, hace un par de años, me pasó una cosa muy curiosa, que yo ya tengo 47. Después de haber vivido varias crisis, me di cuenta que estaba en una crisis, porque normalmente cuando estás en una crisis, estás cabreado, indignado, jodido.

¿hablas de crisis económica o mental?Personal.Es.

Que en mi caso ya no era tanto económica, sino personal. Porque al final era más un tema de de: Coño, se me está cayendo el castillo de Naipes, y no era por mí. Se me congelaron los almendros. El chico: Es que se me congelan los almendros.

De momento no controlamos el clima.

Efectivamente. O Putin hizo una guerra y la luz pasó de valer 50 a 500. Y eso fue una putada. Pero claro, yo decía: Yo, gracias a Dios, con el patrimonio que tengo en Tochos, puedo vivir. No al ritmo que voy, pero lo podría vivir sin trabajar. No era un tema de dinero, pero sí era un tema de status, de haber... Yo tengo cuatro empresas y de repente tengo cero y solamente tengo tocho. Hostia, ¿esto cómo me lo explico a mí mismo? No a los demás, sino... Ese ego es ego, total. Efectivamente. Y entonces, en ese momento de reflexión, que fue bastante duro y tal, de hecho, a los pocos días soñé que mi padre venía a hablarme. Esto fue así, es lo de punta. Y Y me dijo: Bueno, estate tranquilo, que esto pasará. Porque yo ya estaba mirando el techo diciendo: ¿Dónde coño está la puta cámara oculta? Porque esto no me puede estar pasando. Que tú tengas seis divisiones de negocio y que todas te vayan mal, digas: Tío, iros a la mierda, no puede ser. Por probabilidades, es bastante bajo. Entonces, mi padre me dijo: Sate tranquilo, relájate, que ya viene. En ese momento entendí que todo el ciclo, que al final todos son ciclos en la vida, hay que disfrutarlo.

Y hay que disfrutar hasta el momento bajo, porque después de un momento bajo solo puede pasar una cosa, que es que venga un momento bueno. Entonces, tienes que aguantar la tormenta.

Relativizar, quizás también un poco, que a veces nos cuesta.

Disfrutar el momento, tío. El otro día me decían, con esto de la muerte, que estoy paranoiado y tal, me decían: Pero tú, yo cambiaría todo ahora por volver a tener 10 años. Todo. Todo mi dinero, ahí, all in. All in. All in y la apuesta es segura. Y volvería a estar haciendo remiendos, porque creo que la vida es tan guay, hasta en la parte chunga, que la volvería a vivir perfectamente. Lo que pasa es que me sabría mal no encontrarme a mis hijos, no encontrarme a gente que me ha acompañado en el camino, mi exmujer, mis amigos.

Les das también la pastellita esa de volver para atrás y todos juntos.

Si volvemos todos juntos...

Eso es magnífico, ¿no?

Si volvemos todos juntos, vuelvo ya.

Que a todos juntos Pero en grupo, sumándose con los que no están. Ya, sería fantástico.

Incluso los que has dejado por el camino. No te pasa a ti, Jordi, que yo considero que la vida es como una especie de camino, una especie de camino con bifurcaciones. Y yo considero que la vida son unas 30 decisiones. No hay más. Esto lo he analizado profundamente muchas veces. Entonces, tú llega un momento que vas estudiando, van pasando los días, van pasando los años y estás en tu camino. Pero un día, te llega la carta y te dice la carta, dice: ¿Qué quieres estudiar? ¿Ingeniería o arquitectura?. En función a lo que tú decidas, tu vida va a ser A o va a ser B. No sé si te acuerdas, antiguamente, tú no, porque eres más joven, cabronazo, pero antiguamente, habían unos libros que tú ibas leyendo un capítulo y entonces, cuando llegabas al final de capítulo, decías-A ver, pero que esos libros están hasta ahora, los tríade de tu aventura, elige tu propia aventura.

Eso es, sí. En catalán era en azul y en castellano, en rojo, me acuerdo, exactamente.

Yo no los he vuelto a ver.

Pero O sea, en página 74 o página 96.

Efectivamente. Si tú analizas tu vida, la mía en concreto son unas 30 decisiones más o menos. Oye, me voy a vivir a Gerona o me quedo aquí. Porque claro, me voy a estudiar esto o tal. Porque en función a lo que hagas, conoces a una gente o conoces otra, y con 30 decisiones en la vida, más o menos, formas tu vida. Son 30 capítulos. Y, hostia, es muy curioso.

¿piensas mucho en cómo ¿Cómo podría haber sido tu vida si hubieras tomado otras decisiones? Le das muchas vueltas a eso?

Estoy bastante rayado con ese tema, sí.

Muy existencialista, ¿no?

Hay veces que me pongo profundo, sí, conmigo mismo. Pero sí que es cierto que no cambiaría nada. Yo creo que he ido tomando buenas decisiones. Y el análisis de la vida siempre lo tienes que hacer a todo lo pasado. Porque en el momento nunca lo ves. Pero cuando tú miras para atrás, dices: Hostia, que tengo unos hijos increíbles. Y: Hostia, no me puedo dejar económicamente. Encima...

A lo mejor teníamos un enfado aquí.

Claro, encima me he dedicado a lo que me ha salido de las pelotas, tío. Puedo decidir lo que quiero hacer. Yo creo que soy un privilegiado y cada día que me levanto, lo analizo y me lo digo a mí mismo.