¿de dónde te nace entonces a ti esta conciencia ideológica, política, algún compañero de clase, alguna cosa que tú viviste? Porque no es lo más habitual del mundo.

La mala influencia en el instituto fui yo, de admitirlo. Mi padre siempre decía: ¿Quién te ha comido la cabeza?. No, el que comía la cabeza era yo.

¿dónde por eso empiezas a leer esto?

Yo cuando fui al instituto, primero de bachillerato, era la época de la guerra, había como mucha agitación estudiantil y yo me dejé llevar un poco por ese ambiente y yo leía mucho. Bueno, sigo siéndolo, pero siempre... Yo era muy rata de biblioteca, yo siempre he leído muchísimo. Y yo siempre he sido muy friki de la historia. De hecho, mi padre me obligó a estudiar políticas y las tesituras que tuve, y tuve que dejar de estudiar la forma de currar, o sea, yo estuve un poco hasta arriba, que de hecho curraba de portero en esa época. Luego me voy a contar una anécdota. Y dando clases de artes marciales. Y luego estudié historia, geografía y historia, y además mayor. Me saqué el máster y me estoy doctorando ahora. Al final he hecho lo que yo quería.

En la Universidad de Valencia, ¿no? Estás ahí doctorado.

Sí, doctorado, sí. Y yo en el instituto empecé a leer historia y empecé a tener curiosidad, voy a decir, por determinadas épocas históricas y fui leyendo, fui leyendo y poco a poco terminó cayendo en mis manos literatura marxista. Me empezó a gustar. Esto yo solo, porque el internet no era como ahora. Internet en el instituto era esto que a las seis de la tarde sonaba y Sí, si te conectaba.

Y tenéis que decir: No hay llamadas, no hay pendientes, porque no podía llamar nadie.

Ni había web como ahora, ni había la información que hay ahora. Ni había Wikipedia. Entonces, cayeron libros en mi poder y fui a más, a más, a más. Y al final, monté una asamblea en mi instituto Yo siempre he sido bastante rebelde, agitador. Y en no mucho tiempo terminé metiéndome en la juventud comunista. Yo tenía 17 años. Yo militando, en una organización, sea cual sea, pero llevo 21 años y yo tengo 37. Hago 38 este ¿Cuál fue el libro?

¿cuál fue el hecho que a ti te convence por el comunismo? ¿Es El Capital? ¿Es algún libro en concreto?

El Capital me lo leí mucho más mayor. Me lo leería, a lo mejor, más de diez años después. No, no, no. ¿Qué es lo que te enamora, entonces, de este secundario? Yo creo que la historia de cómo fue el movimiento, de cómo se desarrolló, de cómo confrontó con cierta gente. Y también, en antítesis a los nazis cocainómanos que había en mi instituto. Yo empecé por este lado y yo venía a jugar baloncesto, además, y en mi equipo había un angoleño, había dominicanos. Yo estaba acostumbrado a juntarme con gente negra, y en mi instituto los nazis eran, mayoritariamente, de estos ultrasonos, cocainómanos. Y un poco yo creo que también en contraposición a ellos, me fui radicalizando más.

Que ahora casi no hay y no existe, ya sé, en el colegio no hay otro tipo de...

No, yo creo que hay otros problemas ahora. No menores, pero creo que hay otros problemas.

Nosotros vivimos la época de los skin.

Sí, claro.

Que ahora no No están en los coles casi.

Yo la viví intensamente. Con sus alfas, sí. Yo la viví intensamente, de hecho. Pero en contraposición a esta gente, yo creo que me fui radicalizando y me fui acercando a grupos antifas más violentos que los de la Asamblea. Por eso al final también me terminé separando de todo el tema de la OJC y eso, porque yo se dedicaba a otras cosas. Y a la vez, a nivel de lecturas, también fui ampliando y fui creando un cuerpo teórico de mi pensamiento marxista.

Fue la historia, entonces, lo que a ti, digamos, lo que Lo que te convenció.

Lo que llamó a que me metiera de cabeza y cada vez más y necesito saber más. Siempre he sido un tío muy inquieto. Durante años, devoraba esa literatura, todo el rato. Y yo caí también, salí muchos años después, pero yo caí, a la vez que estaba en esos grupos violentos, caí también en un radicalismo y un sectarismo, incluso a la hora de entender el marxismo, que ese Roberto de esa época, por ejemplo, no hubiera venido a tu debate. Por ejemplo, hubiera sido así: Van a hacer ahí un en todo el cumbre. Me hubiera puesto en plan sectario de verdad.

Eso es lo que ahora criticas mucho.

Claro que sí. Y luego, gente que entiende el marxismo no como algo creativo, no como una guía para interpretar y transformar la realidad, sino como un dogma, como una... Yo, por ejemplo, ahora que me he leído el Corán hace poco, estoy trabajando ciertos libros que sí son dogmáticos de fe. Y yo cuando veo a imanes o a gente defender su religión, yo veo a esos marxistas, con los libros en plan de Según San Marx, versículo 17. Y claro, una cosa hace 150 años, la traen ahora y si no haces lo que ellos quieren, eres un hereje y eres un traidor. Yo rompí con eso, pero en esa época yo era muy sectario.

Eres un purista, digamos, del marxismo.

Es que purista no me gusta, es que es más bien dogmático, de secta. Sí, lo veo más así. Y yo con los años, según fui leyendo, fui ampliando lectura, fui conociendo otras cosas, fui rompiendo con eso. Yo tuve como un proceso de varios años de ir saliéndome poco a poco de lo que, desde mi punto de vista, tanto ese movimiento antifa como lo que quedaba o queda de movimiento comunista, yo lo veía como una secta bastante relacionada.

Claro, lo haremos de tus años, porque hay muchas cosas que decir también.

Y me fui saliendo de eso y luego fui construyendo otras cosas. Pero en esa época caí en... Es como si fuera una religión. Entonces, yo devoraba libros. Hubo años en los que... Yo soy la típica persona que se lee una novela cada semana, 10 días. Yo tengo un canal de literatura en el que lo voy subiendo, o sea que es demostrable. En esa época dejé de leer. O sea, solo leía marxismo y sólo leía determinados libros. Y alguien me decía: Has leído este libro de historia de Trotsky, que a mí no me gusta Trotsky, pero que no me guste no significa que no tenga que conocer. Has leído este libro de la Revolución bolchevique, que critica lo que tú tal, voy a leer eso, eso es una basura. Y aunque lo piense, aunque lo lea y luego vea que efectivamente no me gusta, yo ahora sí me lo he leído. Y si alguien me regalara un libro de Tito, de cualquiera que no me gustan, si no lo he leído, diría: Qué interesante, me lo voy a leer, y me lo leería. Eso antes no lo hacía. Y eso, dejé de leer novela, yo soy un friki de la ciencia ficción.

Dejé de leer ciencia ficción. Me gustó mucho Heinlein, ¿no? Muchísimo.

Starship Troopers. Sí, me encanta. Y estuve muchos años, pero muchos años, que solo leía eso.

Ciencia ficción. No, no. No, no. Ojalá, ¿no? Ojalá, sí, lo mezclara.

Pero solo eso, en plan secta total. Y me di cuenta de que con el tiempo eso no valía para nada, pero en esa época es como un entorno que te... Yo creo que cada vez menos porque se está muriendo. El movimiento comunista ahora mismo está muerto. Lo mejor que pueden hacer es disolverse y que creamos en alguno u otros, porque vamos... Pero era como muy absorbente de que tú entras y ya estás ahí. Y tus amigos son de ahí, tus novias son de ahí, y todos de ahí. Es una cosa muy endogámica.

Goposectario, parece, casi, ¿no?

Me costó, porque es un proceso, porque salir de ahí no es tan fácil, pero conseguirme, además, arrastrar a mucha gente conmigo. Eso es lo que hay muchos que no me perdonan, que yo me llevé mucho. Hay gente por ahí que dice: No, es que este se cargó el movimiento de no sé qué. Pues me alegro. Ojalá lo hubiera hecho más y me lo hubiera cargado más, porque creo que es algo venenoso. Pero en esa época estaba como abducido, de verdad. Para mí el marxismo, en esa época no lo hubiera dicho, pero era como una religión, si lo veo ahora. Y yo lo veo como otra cosa ahora, como algo útil, pero que hay que adaptar a las condiciones de ahora y que hay que solucionar los problemas candentes que hay. Porque si no estamos como hablando de magia, de una idea fantástica que algún día llegará, pero no vamos a hacer nada hasta que llegue. Y eso me suena a la segunda venida de...

Como los diez mandamientos per de Marx, de una ley inamovible, dogmática.

Según he leído más, precisamente de estos autores clásicos, ellos son los que más critican la gente que se aferra a la letra muerta y la gente que hace de esto una religión. Entonces, si ellos mismos lo vieron, yo lo he vivido ahora en mis carnes y yo decidí romper con eso, porque para mí eso no es ser marxista, para mí eso es ser marxiano, de que eres un obseso de la obra de Marx o un friki, no lo digo en un sentido despectivo, que soy muy friki de la ciencia ficina y de otras cosas. Pero me refiero de centrado en eso, de determinada época histórica. Yo, por ejemplo, la tesis del doctorado que estoy haciendo sobre el periodo, digamos, de un poco antes de la República, la primera parte de la República. Y el contexto internacional soviético, el auge de los fascismos. Es decir, es una cosa que a mí me gusta a nivel histórico, pero yo no quiero extrapolar lo que pasó ahí mecánicamente ahora, porque sería como un videojuego, no sería real. Y creo que hay mucha gente que cree que está como en un videojuego, como en una simulación, y cuando llega la dosis de realidad, que a mí me llegó en varias...

¿Cómo decirlo? En varios momentos.

Como en varias dosis, ¿no?

Sí, yo creo que eso es lo que te hace ser crítico y repensar ciertas cosas para ver si es así o no. En Cuba, ¿no?

Tuviste una...

Cuba fue para mí una experiencia religiosa.

Vamos a ir cronológicamente, porque si no son muchas cosas, para seguir un poquito, para que también se entienda mejor este camino que tú comentas, que has seguido, estamos en tu inicio del amor por el maxismo, por el comunismo. Supongo que una ilusión tremenda lo que tú decías, un dogma, una época que también tenías sus cosas bonitas, gente afín, os reuníais.

2003, 2004. Esa es la fecha también.

Esa es la fecha donde tú... ¿Tú alguna vez has pensado o has caído en por qué te dio por y no te dio, por ejemplo, por otros grupos de otro tipo, digamos. ¿Hay alguna cosa que realmente te sintieras tú más cercana?

Yo creo que cuando pasó lo de mi familia, al coger la conciencia de clase, de repente estar aquí, de repente estar más bajo y ver... Yo creo que ahí me hizo más consciente de ciertas cosas y eso yo creo que me alejó de otras opciones radicales que podría haber... Yo creo que ese fue el motivo por el que mis lecturas y mi... Porque igual que empiezo a leer, puedo leer y decir: Justo por el otro lado. Me pude haber radicalizado en otra dirección. Yo creo que esa fue una y otra fue... Porque es que para mí no son ni fascistas, porque incluso decir que esa gente era farcista es una falta de respeto a los fascistas, porque los farcistas, los de verdad, son gente que lee, gente formada, gente que no está haciendo el payaso y gente que planea asaltar el poder por la fuerza. Entonces, esa gente es más seria que gente que se dedica a meterse farlopa, a ir al fútbol y pegar a gente porque lleva a un niño, porque lleva patillas y camisita del Che Guevara. Entonces, para mí, esos no son farcistas. Son gente, un subproducto más de moda de tribu urbana, como lo éramos nosotros.

Es decir, la gente va a decir: ¿Y tú qué eras?. Yo no me consideraba redeskin, pero sí, iba con gente así. ¿Y tú qué eras tal? ¿No eras igual?.

Pues sí. ¿No llegaste nunca a ser redeskin?

Como tal, yo no me identificaba como skin nunca. Pero sí que gente que a mí me señalaba como tal y las pintas que tenía, a lo mejor sí pueden ser cercanas a para ese ámbito. Pero no, yo era muy chandalero, entonces yo tampoco... Pero sí que veo que hay similitudes y yo con el tiempo vi que en realidad es como la eterna guerra civil que nos intentan meter en la política, de PSOE, Rojos y Azules, Vox, Podemos, dividen a la gente con tonterías y los problemas de verdad no se atienden. Yo creo que en lo radical o en lo extremo pasa igual. Están los de la derecha radical, que no son nada, y los de la izquierda radical, que es igual que hacen. Conciertos con la misma música, yo incluso la misma marca, la misma estética y son igual de intransigentes. Y realmente, tampoco hay una ideología en ellos muy grande. Y yo con los años me di cuenta de que éramos lo mismo. Éramos dos caras de la misma moneda.